miércoles, 27 de abril de 2011

ALGUNOS ELEMENTOS PARA ORAR


Concepción Cabrera de Armida dice sobre la oración:
“Es la comunicación con Dios, el bálsamo que cura las heridas, el consuelo que alivia los dolores, el suspiro que deshace las congojas; el llanto en el que se exhalan todas las penas; el sentimiento que sintetiza las ternuras y el talismán que transforma en bien todos los males. El estado de gracia la conserva y el sacrificio la fomenta. La oración está basada en el misteriosos vaivén de afectos y recuerdos; en la incesante intimidad con Dios en la que el alma crece hasta divinizarse”(Sed Perfectos; Capítulo de la Oración; CCA)

la persona que no acostumbra hacer oración, tiene muy poca hambre de hablar con Dios, y por eso su relación con Él es muy débil, de modo que mientras menos ora, menos ganas tiene de orar. Para vencer esta Anemia espiritual es necesario hacer un esfuerzo grande al principio como con los trocitos que se pegan a las paredes del recipiente, pero luego poco a poco se hace el camino más fácil, hasta que la persona siente cómo Dios lo atrae irresistiblemente hacia él.

Respecto a esto dice Conchita:
“El hombre sube de la tierra al cielo por la oración; se pone en contacto con Dios y se estrecha íntimamente con Él con esa emanación purísima del alma por cuyo medio penetra los secretos divinos. Es en el silencio profundo del alma enamorada y su alimento y su vida. Quien posee este don, generalmente llega a la perfección de la santidad” (Sed Perfectos).

- Orar con el corazón: Como decíamos no se quiere decir que sólo con los sentimientos, sino que al orar hay que amar, y en el amor se involucra toda nuestra persona, incluso cuando amamos nos es más fácil encontrar modos nuevos y creativos para expresar nuestro amor. Al hacer oración vamos a tratar de que todo lo que somos participe de la oración: nuestro cuerpo, nuestros sentimientos, nuestros deseos, nuestros recuerdos y pensamientos, nuestra voluntad, etc.

- Orar siempre: La capacidad de amar, también necesita ejercitarse, y se desarrolla a través del diálogo amoroso con Dios. Así como el cuerpo se atrofia cuando no hace ejercicio, así el corazón que no ora se atrofia. (Ver Lc 18,1-8 Clamar a Dios día y noche).

- Se necesita humildad para orar: En la oración hablamos no con cualquier persona, sino con Dios que nos conoce desde siempre, por eso no es necesario decirle muchas palabras porque Él ya conoce nuestras palabras antes de que salgan de nuestra boca (Mt 6,7-8; Lc 18,9-14)

- El Espíritu Santo nos ayuda a orar en verdad: Dios sabe que nos cuesta trabajo pedir lo que realmente necesitamos, muchas veces pedimos más bien lo que nos hace mal, pero que nos gusta mucho. Por eso nos da su Espíritu Santo para que nos ayude a orar como conviene (Rm 8,26-27) Por eso siempre que iniciemos nuestra oración invoquemos al Espíritu para que nos asista.

- Orar en comunidad: Hay mucha maneras de orar, pero Jesús recomendó algunas. Esta es una de ellas. Ver Mt 18,19. Es por eso que conviene que al inicio de cualquier reunión de grupo hacemos oración para que Dios nos conceda lo que necesitamos.

- Orar al Padre en Nombre de Jesús: El Padre, como todos los padres, no deja de oír a su Hijo. Por eso cuando alguien ora en nombre de Jesús, el Padre no tiene, por decirlo así, más remedio que concederlo “Todo lo que pidan en mi nombre, yo lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo”.

- Tomar en cuanta cómo actúa Dios: Dios no nos va a cumplir caprichos aún si se lo pedimos en el nombre de Jesús. Es por eso que algunas veces creemos que no nos escucha, porque pedimos algo que nos gustaría que nos pasara, aunque no nos conviene, sólo cuando Dios reconoce a Jesús en nosotros es cuando nos lo concede. A veces pedimos como si Dios fuera un mago que saca de su sombrero todo lo que se nos antoja, y es necesario que tengamos una idea del plan de Dios sobre nosotros, pues Él siempre nos da lo que nos salva; por ejemplo cuando no sucede alguna situación que no nos agrada, o que nos hace sufrir, sólo hasta después de un tiempo podemos descubrir el bien que aquello nos trajo. Otra tentación es orar sólo cuando estamos bien con Dios, pensamos que Dios es como nosotros, que si le fallamos, no nos va a dirigir su palabra; hay que entender que Dios es el Padre bueno que se alegra cuando te ve acercarse a Él así como estés.

- Prepararnos para hacer oración: Hay algunas recomendaciones para hacer nuestra oración:

* Escoger el lugar apropiado: para no distraernos con ruidos, imágenes, etc. Puedes encontrar un rinconcito en el jardín, en la azotea, etc.¿dónde puedes estar a solas contigo mismo y con Dios?

* Escoger el tiempo adecuado: separar tu tiempo especial para Dios, puede ser antes de dormir, al levantarte, cuando vayas de camino a algún lugar. Se trata de que seas fiel al tiempo que te propusiste

* Escoger la posición que más te ayude: Una posición corporal que no te canse o que no te duerma. En la Biblia se sugieren algunas (Lc 22,41; Mc 11,25; 1 Tim 2,11; etc.) Se sugiere sentados en una silla con los pies en el piso y derechos, y con las manos sobre las piernas.

* Relajar nuestro cuerpo para que ore: Para esto ayuda el ir repasando las partes de nuestro cuerpo con la mente, y de cada una de ellas, darnos cuenta su posición de las sensaciones e irlos liberando de tensiones. También ayuda el hacer conciencia de nuestro respirar o del palpitar de nuestro corazón. Luego respirar profundamente y soltar el aire de un modo muy despacio, para ir liberando tensiones.

* Ponerse en presencia de Dios: Invocar al Espíritu en nuestro interior para que nos ayude a orar, y luego dirigirse a alguna de las personas divinas o a María de un modo confiado, como quien se dirige a la persona que más lo quiere. Hay que ser conscientes de lo que estamos sintiendo ante Dios, si estamos tristes porque le fallamos, si estamos presionados por los pendientes, si estamos aburridos.

* Creer que ya te escuchó: Esto implica tener la esperanza de recibir el amor, la gracia, lo que le pedimos, el perdón etc. Y esperar a que Él vea el momento conveniente.

* Puedes valerte de algunos elementos que te ayudan a hacer oración: La Naturaleza; La Biblia; alguna imagen; oraciones ya escritas.

Recuerda en la oración te encuentras intimamente con Dios pues son solo Tu y El

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